Conciencia Sur: Al ecosistema no lo contemplamos, si no que lo conocemos, lo valoramos y lo conservamos.

Fuente: Cultura, Patrimonio y Género

Conciencia Sur nace, el año 2017, desde un profundo malestar en torno a las brechas de género y la precariedad laboral que viven las mujeres en el mundo científico, especialmente, el académico. Dicha experiencia es la que activa la conformación de esta ONG que reúne a un grupo de 16 mujeres de ciencia cuyo accionar político feminista antipatriarcal y anticapitalista nos parece relevante de compartir.

Una de sus primeras acciones fue co construir una narrativa, a partir de estrategias participativas y metodologías cualitativas, que evidenció el sexismo y la violencia simbólica detrás de sus propios procesos de formación profesional y trayectoria laboral. A partir de ese relato, se armó una hoja de ruta y una agenda de trabajo que ha generado alianzas con distintos agentes sociales y territoriales, poniendo en el centro la práctica la ciencia comunitaria, desde el trabajo colaborativo, horizontal y situado.

La búsqueda de Conciencia Sur, por ello, está vinculada a la reivindicación de los derechos de las mujeres en la ciencia, relevando un "modo de hacer" sustentado en las epistemologías feministas y la transdisciplina. Se trata de una mirada urgente a la hora de contrarrestar los impactos que deja la construcción de conocimiento académico de orden neoliberal. Ariana Bertin Benavides, Dharma Reyes Macaya y Valentina Manríquez Ramírez, integrantes de la ONG, consideran que el pulso político detrás de este proyecto sin fines de lucro es "utilizar la investigación para apoyar a resolver los problemas socioambientales relacionados con la habitabilidad de los territorios, que entendemos como la conexión intrínseca entre los seres humanos y el territorio que habitan, es decir, como la continua interacción entre ambiente y sociedad", comentan quienes son las coordinadoras del Departamento de Trabajo Integrado en Cuencas y Ciencia Comunitaria del núcleo.

Conciencia Sur, actualmente, desencadena acciones en divulgación y educación, investigación y apoyo técnico-científico, activismo y trabajo en redes; y autoformación continua. Áreas que les mueven a visibilizar problemáticas y generar contenidos relacionados con el habitar sensible de los territorios, entre ellos, la defensa de las cuencas de ríos, el borde costero y/o los humedales, consideradas reales zonas de sacrificios a nivel regional y nacional. El compromiso de las ciencias, en ello, resulta primordial, si se piensa desde su rol cultural y político. En ese contexto, la agrupación, también, ha establecido audaces puntos de encuentro con otras disciplinas que, histórica y tradicionalmente, se les piensa lejanas como la poesía y la danza. Cruces que han visibilizado procesos comunes de creación y saber, como el reciente diálogo con la plataforma de danza contemporánea Corpocaos, en el marco de la versión 2021 del Festival Internacional de Danza Contemporánea LOFT: Fuera de Lugar (Click para ver el corto documental que reseña este encuentro).

Desde ese quehacer y mirada crítica, también, resulta clave la forma en que entienden nociones tan amplias como patrimonio natural, abriendo nuevas lecturas para la gestión patrimonial actual. Las biólogas Ariana, Dharma y Valentina, comprenden la acción de museos y sus museografías como relevantes para resguardar la memoria y el conocimiento, pero donde muchas veces prevalece una interacción más bien contemplativa del ecosistema, y que nos aleja de sus saberes.

"Desde nuestra mirada feminista y cultural situada, el patrimonio natural nos supone un concepto más bien patriarcal y de dominación por parte del ser humano, que - desde su buena voluntad- conserva ciertas piezas y/o lugares para su propio interés y situándose siempre fuera del ecosistema o ambiente. Patrimonio nos resuena a propiedad. Apropiarte de algo en lugar de formar parte de él. Desde ese formar parte, no dominas, sino que conservas, convives y buscas otras formas de relación con el ecosistema", exponen a modo de invitación a conocer su trabajo y accionar en conjunto por una reflexión colectiva que permita transformar, girar y desplazar el quehacer científico hacia las comunidades, con el fin de que se apropien de todos los saberes posibles para la defensa y protección de su territorio. En ese sentido, la mirada crítica del patrimonio cultural es clave para desencadenar acciones educativas y mediadoras, por ejemplo, desde los museos de historia cultural y natural.

Si quieres conocer más de Conciencia Sur- Mujeres de Ciencia, puedes revisar su página web y redes sociales, donde están todas sus áreas de trabajo y contactos para entramar acciones colaborativas.